Es diciembre en la tierra. En Belén hace frío.
No hay posada que acoja a dos desconocidos.
Sólo un pesebre, en esta noche fría,
cederá su hospedaje para María.
Se han abierto sus carnes con sufrimiento:
el fruto de su vientre ya está naciendo.
¡Bienvenido a este mundo, pequeño niño!
Has venido en diciembre. Pasarás frío.
Has nacido muy pobre. No tienes cuna.
Los brazos de tu madre ya te acurrucan
contra su pecho, niño, contra su pecho:
el palacio más grande del sentimiento.
Verás que en este mundo hay muchas guerras,
muchas desigualdades, muchas quimeras...
pero, no llores. Eso ahora son cosas de los mayores.
Cuando tú crezcas, pequeño niño,
ya te llegará el tiempo del compromiso.
Ahora sonríe. Verás, querido, que hay un mundo
distinto para los niños.
Si no tienes juguetes, hay un país,
donde viven los sueños y puedes ir,
subido en el trineo de la ilusión,
transportado en la magia de la imaginación.
Si cierras los ojitos y pronto duermes,
entrarás en un bosque de cascabeles.
Verás a Blanca Nieves, sus enanitos,
Peter Pan, Campanilla y a Pulgarcito.
Podrás jugar con ellos... cuando te canses
reponte en la casita de chocolate.
La alfombra voladora te llevará a Bagdad,
y en una rica cueva verás a Alí Babá.
Perseguirás alondras y mariposas
en un prado sembrado con amapolas;
su aire lleva olor a manzanilla y hierba buena.
Un cometa se enciende, y desde oriente,
vienen tres reyes magos a conocerte.
A la luz de la estrella llegan pastores
a saludarte, niño, en esta noche.
Vienen con vino, leche de cabra, queso, miel y cariño.
Una niña pastora un ramo lleva
de espliego, mejorana y madreselva.
Lo ha venido cogiendo por el camino.
Quiere hacerse tu amiga, pequeño niño.
Cantan, bailan y ríen ante una hoguera.
Ya no estás solo: todos se alegran.
¡Bien venido a este mundo, querido niño!
has llegado en diciembre. No sientas frío;
que te arropa con fuerza la Humanidad
y ha nacido una fiesta: la Navidad.
¡Chisssst, chisssst, chisssst! Callaos ya;
que el Niño de Belén dormido está .
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