DE LA INCONSCIENCIA
(Soneto)
Cada vez entiendo menos al hombre
que, sin piedad, a este su mundo daña;
volcando en él con indecible saña
horrores y sufrimientos sin nombre.
Y dioses son de grande renombre
los que se inflan sembrando cizaña,
,segando de golpe con su guadaña
la sana semilla del genial pro-hombre.
¡Cuánta inconsciencia el ser humano alberga!
y de esa ceguera surge el encono
que brota sin ley en su cínica jerga.
Mejor sería, mil veces, ser mono
que el caminar erguido aún posterga,
a dejar al mundo en fiero abandono.
Rosa María Lorenzo Álvarez.
Desde Vigo (Galicia), España.
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