Heberto De Sysmo |
A GOLPE DE DESDÉN
Caminé hacia tu corazón con ojos vendados
me confundí en tu sombra, me acostumbré a ti,
y fui perdiendo la razón mientras contaba malos tragos
pisoteada cual alfombra, anhelando ser feliz.
Fui tu hazmerreir, me humillé, te busqué siempre
de tal forma que no entendía la gente
cómo pude rebajarme así,
hice todo cuanto estuvo en mi mano
mi corazón obedeció las ordenes como soldado
fracasé y no me arrepentí de nada,
mi alma se quedó helada
al saber de tu indiferencia arrogante,
y borraste todos mis interrogantes
a golpe de desdén.
Y viste que sin ti
mi Alma quedó llorando,
hiciste mi corazón pedazos
y con cada trozo yo te seguía amando.
Y dime Amor,
si las heridas sangran,
¿Cuántas lágrimas me quedan
para poder cerrarlas?.
Nuestro amor es
un asunto de locura,
y tus abrazos y besos
son el punto de sutura
para éste corazón,
corazón costurado y deshecho
que llora buscando algún pecho
donde ponerse a recordar.
Y recordar, recordar es mirar hacia atrás
volver al pasado,
y ver las piedras del camino
por el que has ido sangrando,
y no quiero ser
ningún fantasma del recuerdo,
pues sino miro hacia el frente
me convertiré en espectro.
Afecto, eso es lo que yo quería,
un querer, un cariño, un amor que no venía
y yo compuesta
y esperando en la estación,
el expreso de los sin nombre
gritando tu nombre con pasión.
¡Qué vergüenza! ¡qué ridícula me siento!
llorando por un hombre vil
intento tras intento,
bajando escalones hacia el precipicio que me mira
hasta que de tu labia y sinrazones
me hiciste nacer la ira,
y toda mi rabia
toda mi rabia será empeño,
empeño por olvidarte
y poder cumplir mi sueño.
Y dime Amor,
si las heridas sangran,
¿cuántas lágrimas me quedan
para poder cerrarlas?
Yo fui por ti un payaso que sonreía triste
a pesar de los fracasos
a pesar que nunca me quisiste,
y fui feliz
buscando tus caricias,
anhelando ese beso que convierte al infierno
en el jardín de las delicias.
Pero eso ahora
ahora ya eso no me importa,
pues perdí ya la paciencia
con tus evidencias sobra.
He desnudado mi mirada
he visto a tu Alma sin disfraces
a través de un nuevo cristal,
y he descubierto que así como haces
no mereces tenerme enamorada
algún día sabrás qué hiciste mal…
no puedo odiar a aquello que amé
pero sí podré olvidarlo,
en tu delante me desangré
y no trataste de evitarlo.
Tuviste la oportunidad
de tenerme a tus pies
por tus besos sometida,
y el Destino ha querido
que pudiéndote querer
ahora sólo seas una herida.
Una herida de dolor incierto, pasado
por tus errores nuestro amor ha muerto
y ya no intento cambiarlo.
Intentaba explicarlo ¿pero para qué?
tengo toda una vida,
un futuro de horizontes soleados
de paisajes nevados
y oraciones tiernas,
ya no temblarán mis piernas
por el hombre equivocado,
y cruzaré las fronteras imposibles
hasta encontrar mi Edén,
tú me empujaste a mi futuro nuevo y libre
a golpe de desdén.
Me dijiste: “sácame de tu cabeza”
y me di cuenta de tu juego y tu bajeza,
me vi otra vez en el suelo con mi fuego
y tú manteniendo la entereza,
metiendo entre mis palabras tristes
comentarios de mucha dureza,
sacando pecho con siniestro encomio
y yo entre abismos de locura y tristeza…
pero te juro
que puedo llegar a odiarte con la misma ansia,
aunque no sea mi plan
sé que llorarás cuando recuerdes mi fragancia,
cuando a tus pensamientos vayan
mi sacrificio y mi constancia
por un amor que nunca protegiste,
y elegiste el camino por el que me perdiste…
así me diste
una experiencia muy importante,
en el tormento me curtiste
y hoy camino decidida mirando hacia adelante.
Y sé que algún día
entre otras cosas más importantes
me verás pasar por delante tuyo
esplendorosa y radiante,
henchida y plena
de amor, felicidad y buenos amigos
y sólo esperaré que la vida
te sea lo justa que fuiste tú conmigo.
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